En esta primera entrada de nuestro blog sobre instalaciones fotovoltaicas aclararemos una de las dudas más básicas y frecuentes entre nuestros clientes: La diferencia entre los captadores solares y los paneles fotovoltaicos. Ambas tecnologías son comúnmente llamadas “Placas Solares” o "Paneles Solares".
Empecemos por el principio, es común escuchar a nuestros amigos conocidos decir “Voy a instalar placas solares”, “Las placas solares son el futuro” o “¡Hace un año que instalé placas solares y es increíble el ahorro que he obtenido!”. Pero, ¿A qué se refieren exactamente cuando hablan de “placas o paneles solares”?
En los tejados de los edificios han aparecido en los últimos años numerosos tipos de “placas solares”; unas más gruesas, otras más esbeltas; unas más azules, otras más negras; unas veces compuestas por muchos paneles y otras veces por solo uno o dos paneles con un cilindro metálico a la vista. Aclaremos esta cuestión ya que se trata de dos tecnologías claramente diferenciadas y con instalaciones completamente distintas.
CAPTADORES SOLARES / PLACAS SOLARES TÉRMICAS.
Comúnmente presentes en edificios que consumen ACS (Agua Caliente Sanitaria): Viviendas, Hoteles, Gimnasios, etc… Desde hace unos años se instalan en prácticamente en todas las viviendas de nueva construcción en Andalucía y otras regiones de España.
Se caracterizan por:
- Placas gruesas, de unos 8 a 12 centímetros.
- Tubos gruesos, normalmente recubiertos con aislamiento térmico entrando y saliendo de las placas.
- Una vez instaladas, las placas son pesadas (ya que están rellenas de agua o refrigerante)
- Una a tres placas por vivienda, inclinadas a unos 30-40 grados.
- Frecuentemente se puede apreciar un tanque cilíndrico cerca.
Esta tecnología únicamente logra utilizar la energía del sol para calentar un líquido; ya sea ACS (Agua Caliente Sanitaria) o un refrigerante. Este líquido caliente se utiliza para calentar ACS, suelos radiantes, radiadores, etc…
El líquido calentado, si no se utiliza inmediatamente, se almacena en un acumulador aislado térmicamente, para poder utilizarlo en el futuro (se va enfriando poco a poco)
El principal problema de esta tecnología es que producen más “líquido caliente” cuando menos se necesita: en verano. Por eso el uso más frecuente es el de calentar ACS y rara vez el de calefacción.
Estas placas, junto con el acumulador y demás componentes, requieren una instalación de fontanería ya que se trata de un circuito liquido que se acopla a la fontanería o la calefacción de un edificio. Además, junto con estas placas, se suele instalar un termo eléctrico por lo que una vez consumida toda la ACS producida por las placas solares, se comienza a consumir energía eléctrica para continuar produciendo ACS.
Naturalmente, al tener una capacidad de ahorro menor, el coste de estas instalaciones es menor que el de las instalaciones fotovoltaicas. Con un coste aproximado de 600-1.000€/m², una instalación para una vivienda media costaría unos 2.500-5.000€, con una capacidad de ahorro de unos 100-300€/año.
PANELES FOTOVOLTAICOS
A pesar de haber tardado un poco más que los captadores solares en aparecer en nuestras cubiertas, sin duda por el carácter desincentivante del antiguo “impuesto al sol”, estas placas son cada vez más frecuentes en nuestras ciudades y sobre todo en edificios de oficinas, naves industriales y viviendas. La nueva y favorable normativa, el incremento del coste de la electricidad, la aparición de la movilidad eléctrica y la reducción notable de los costes de estas instalaciones han favorecido la proliferación de campos solares e instalaciones fotovoltaicas en todo tipo de edificios.
Se caracterizan por:
- Placas esbeltas, de unos 4 centímetros.
- Cables eléctricos muy finos que conectan las placas con la instalación eléctrica del edificio.
- Placas muy ligeras.
- Seis placas o más por vivienda con la misma inclinación que la cubierta o a unos 15-25 grados.
Esta tecnología transforma la energía solar en electricidad para alimentar cualquier consumo eléctrico: Termo eléctrico de agua, aire acondicionado, electrodomésticos, cargadores de coches eléctricos, suelos radiantes eléctricos, vitrocerámica, iluminación, etc…
La electricidad producida se puede:
- Consumir instantáneamente
- Verter a la red eléctrica (pudiendo obtener un descuento en la factura eléctrica)
- Almacenar en baterías para poder consumirla en el futuro.
La principal ventaja de esta tecnología es que transforma la energía solar en energía eléctrica que es mucho más polivalente y versátil que el agua caliente, ya que la energía eléctrica se puede utilizar para alimentar cualquier aparato eléctrico, incluidos los termos de agua caliente.
Estas placas, junto con el inversor de corriente y demás componentes, requieren una instalación eléctrica. La electricidad producida por los paneles fotovoltaicos es conducida por unos finos cables que, tras pasar por un inversor, se conectan directamente al cuadro de mandos y protección (también llamado “cuadro de la luz”) del edificio. En la mayoría de los casos, el edificio no depende únicamente de la instalación fotovoltaica para el suministro eléctrico, sino que el edificio continúa conectado a la red eléctrica, sólo consumiendo electricidad de ella cuando se demanda más de la que producen los paneles fotovoltaicos, por lo que se garantiza el suministro continuo de electricidad al edificio.
Estas instalaciones tienen una gran capacidad de ahorro, hasta un 60%-70% del consumo eléctrico, incluso mayor si se adapta el consumo eléctrico a la producción fotovoltaica. Con un coste aproximado de 200-350€/m², una instalación para una vivienda media ocuparía unos 16-40 m² y costaría unos 5.000€-10.000€, con una capacidad de ahorro de unos 500-1.200€/año.
Esperamos que este post haya podido aclarar la diferencia entre estas dos tecnologías. Si ha quedado cualquier duda, plantéela en la sección de comentarios, o escribanos directamente a info@sonnergy.es.
SONNERGY es su compañero para cualquier proyecto de INSTALACIONES FOTOVOLTAICAS.
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